Los programas de datos abiertos son sólo un componente de un sistema de administración de información más amplio. Si se hacen bien, por ejemplo, con conjuntos de datos que están etiquetados, catalogados y hechos lo más abiertos posible de forma sistemática, pueden crear conciencia entre responsables tanto en sectores gubernamentales como no gubernamentales sobre qué información está disponible y quién la produce. Pero el acceso a la información es sólo un eslabón en la cadena que va desde la recolección de datos hasta su uso. Los datos publicados deben ser relevantes para los casos potenciales de uso y, en la medida de lo posible, estar completos y actualizados. También deben estar acompañados sistemáticamente con metadatos apropiados y, siempre que sea posible, deben presentarse de la manera más adecuada para su audiencia prevista o probable.